
Durante el primer Simjat Torá que Rabi Shniur Zalman de Liadí pasó junto al Maguid de Mezritch, escuchó de la boca del Maguid la siguiente historia:
“En Simjat Torá normalmente la gente duerme un poco más debido a las danzas de la noche anterior y de la comida festiva. Pero los ángeles no están programados de la misma forma, así que en Simjat Torá se “levantan” como siempre. Ellos desean recitar sus alabanzas a Di-s, pero no pueden hacerlo hasta que los iehudim comienzan a recitar sus plegarias. Entonces se dirigen al Gan Eden –Paraíso para ordenarlo. Pero allí se encuentran con artículos desconocidos para ellos. ¡El Jardín estaba cubierto de suelas de zapatos y zapatillas! Los ángeles quedaron perplejos. Ellos estaban acostumbrados a encontrar tzitzit, Libros de plegarias, Tefilin, Mezuzot, velas de Shabat, pero… suelas de zapatos?!
Se dirigen inmediatamente al Ángel Mijael, quien les explica que él las ha traído- que son el resultado del intenso baile de los iehudim con la Torá, y comienza a levantarlas indicando: “Estas son de Kaminka, estas de Mezritch…” y la lista sigue. Entonces el Malaj Mijael asegura que su acción es superior a la del ángel que une coronas para el Creador con la plegaria del pueblo de Israel; las gastadas suelas de Simjat Torá forman una hermosa corona- declara.
No todo el mundo ha sido premiado con una “buena cabeza”. No todo el mundo tiene un corazón sensible. Pero todos tenemos pies con los cuales bailar y manos para aplaudir. También tenemos voces para cantar, a pesar de algunos son más afinados que otros. Sucot es llamado “Época de nuestro Regocijo”. Además de participar de las comidas en la Sucá, pronunciar la bendición sobre el Lulav y el Etrog, tenemos la mitzvá adicional de alegrarnos. En Sucot específicamente, conmemorando una ceremonia especial que se llevaba a cabo en el Gran Templo de Jerusalem, festejamos Simjat Beit Hashoevá en todos las sinagogas, las calles alrededor de todo el mundo. Y la manera de celebrarlo es a través del factor de igualdad entre todos: los pies. La danza y el regocijo de Sucot y Simjat Beit Hashoevá alcanzan su punto culminante en el torbellino y el exuberante y desinhibido baile de Simjat Torá, donde todos nos alegramos por igual con la Torá. No con nuestras cabezas o corazones, sino con nuestras piernas y las suelas que luego son recogidas en el Gan Eden y que se entretejen formando una luminosa y fina corona para el Creador.
Celebre con sus pies durante el próximo “Festival del Regocijo”. Ponga ya a ejercitar sus suelas y por qué no, su alma al mismo tiempo!