
El hombre, dicen nuestros Sabios, es un universo en miniatura. Así como todos los elementos del macro-universo cumple su propósito en la creación vía los actos del hombre, los componentes del “universo humano” logran su propósito a través del elemento distintivo que hay en el hombre. Adam y Javá fueron Creados en Rosh HaShana. ¿Cómo es posible que ese mismo día hayan pecado?
¿Por qué Java- Eva- lo hizo?
En realidad, se puede encontrar algo esen- cial en el pecado en nuestra humanidad que nos hace más preciosos que los ánge- les. Cuando se establece una relación de compromiso, como ser: “Haz esto, yo haré aquello. Si no lo haces, entonces…”, nuestro impulso es liberarnos. Somos humanos y queremos relacionarnos como tales. No con lo que hacemos, sino con lo que somos.
Así es con nuestro cónyuge, nuestros hijos y amigos. Siempre nos estamos poniendo a prueba para ver cuán profunda es esta relación, por ejemplo: ¿Estás interesado en mí como yo mismo? O ¿estás interesado en lo que puedes obtener de mí?
Esto también ocurre cuando se trata de la relación con la Mente Interior del Cosmos. Queremos relacionarnos con Di-s desde nuestro ser interior, desde nuestra humanidad, y no sólo desde nuestro comportamiento. Así fue la prueba que Le pusimos cuando construimos el becerro de oro. Con esa rebelión, le preguntamos: “Incluso si rompemos estas reglas que nos diste, ¿Todavía nos amas?”
Así fue la prueba de Java. Con esta historia culmina la creación de Di-s, y comienza la historia de la humanidad. La historia para la cual Él creó el universo, la de personas reales y vivas que triunfan y fracasan y que luego se levantan y triunfan de nuevo.
Si el pecado es tan hermoso, ¿tal vez deberíamos seguir pecando?
No, porque en el pecado y la separación sólo hay oscuridad y fealdad. En el pecado mismo no hay belleza, sino sólo en su resolución.
Este es el otro aspecto de la historia de Java: Su pérdida. Su hundimiento en un mundo de lo- cura y roles distorsionados en el exilio. Especialmente la pérdida de la supremacía femenina.
Inicialmente, era más natural que el hombre siguiera a la mujer. Como cuenta la historia: Si Java estaba convencida de comer del Árbol del Conocimiento a través del diálogo con una serpiente que hablaba, ¿qué convenció a Adám? Nada en absoluto. Como él mismo admitió, “¡La mujer que pusiste aquí conmigo me la dio y yo comí!” Si Java le dijo que hiciera algo, Adam comprendió que estaba obligado a escuchar. Después de todo, ¿no había sido puesta aquí por Di-s como una “ayuda”? Así escribe el “Rambán”, (1194-1270) la consecuencia lógica: a partir de ahora, los papeles serían invertidos. Adám dominará a Java. Una maldición para los dos ya que ¿qué clase de compañero puedes ser cuando estás dominado?
Hasta Sara. El Zohar dice que Sara fue la primera en comenzar a sanar la catástrofe de Java, y por lo tanto, Di-s le dice a Abraham: “Todo lo que te dice Sara, escucha su voz” (Génesis 21:12). Así será para todos nosotros una vez que llegue el Mashiaj: Lo femenino volverá a dominar en el mundo.
Esto es lo que faltaba en la historia de Java: la resolución. En todos los casos en que su historia se repite, como ser con su hijo primogénito, Caín, con la realización del becerro de oro, con la destrucción del Templo…en todos esos pecados, la historia continúa y se resuelve. Hay remordimiento, retorno y una profundización de la relación. Pero el pecado de Java, la primera separación de la que se derivan todas las demás fisuras, sigue sin resolverse. Este es nuestro trabajo, el de sanar el abismo creado por Java, entre el cuerpo y el espíritu, la mujer y el hombre, la humanidad y Di-s, y así crear esa relación interna con lo Divino, esa relación que Java estaba buscando desesperadamente.
Autor: Tzvi Freeman