
MISIÓN ÚNICA
Cada persona ha recibido capacidades determinadas para poder llevar a cabo su tarea en este mundo. Dice al respecto el Rebe Anterior, Rabi Iosef Itzjak de Lubavitch: “A cada alma se le confía una misión única, y se le conceden las aptitudes específicas, talentos y recursos necesarios para triunfar en el rol que se le adjudicó. Uno debe tener cuidado de no volverse una de esas almas perdidas que vagan desgraciadamente a través de la vida, probando y esforzándose en cada campo, salvo en lo que es de verdad inherente a lo suyo propio”.