
La sección de la Torá de Devarim (la primera del libro de la Torá conocido como Deuteronomio) siempre se lee en Shabat Jazón (literalmente “El Shabat de la Visión”), el Shabat antes de Tisha BeAv, el noveno día del mes hebreo de Av. Como nada en el judaísmo es una coincidencia, la porción de la Torá de Devarim y Shabat Jazón deben estar interconectados.
El Libro de Deuteronomio es único en que, a diferencia de los primeros cuatro Libros de la Torá, fue transmitido por Moshé a la generación de judíos que estaba a punto de entrar en la Tierra de Israel.
La generación de judíos que vagó por el desierto se conoce como “la generación del conocimiento”. Debido a que ocupaban un nivel espiritual tan alto, en proporción con el de Moshé, merecían llevar una existencia completamente espiritual. La generación que entró a Israel, por el contrario, comenzó un capítulo completamente nuevo en la historia judía. Debido a que tenían que involucrarse en asuntos más mundanos, se considera que su nivel espiritual es más bajo que el de la generación que los precedió.
No obstante, fue precisamente la generación que ingresó a Israel la que pudo cumplir con éxito el plan de Di-s. Di-s quiere que le sirvamos en el contexto del mundo material, estableciendo una “morada” para Él en los “reinos inferiores”.
En consecuencia, aunque los judíos que entraron a Israel eran espiritualmente inferiores en comparación con sus padres, poseían una cierta ventaja sobre sus ancianos: los judíos que entraron a Israel merecían alcanzar un nivel de “paz y seguridad” que se le había negado a la generación anterior.
Shabat Devarim es así una resolución de dos opuestos. Por un lado, la entrada de los judíos en la Tierra de Israel fue un gran descenso, ya que significaba la necesidad de un contacto diario con los asuntos mundanos. Por otro lado, fue precisamente por medio de este descenso que pudieron alcanzar el ascenso más alto de todos: el cumplimiento del plan de Di-s.
Igualmente, Shabat Jazón es una exposición en contradicción. Shabat Jazón ocurre en medio de los Nueve Días, un período en el que lloramos la destrucción del Templo Sagrado. Sin embargo, al mismo tiempo, como lo explicó el famoso Rabi Levi Itzjak de Berditchev, en Shabat Jazón a cada judío se le muestra una visión del Tercer Templo Sagrado, un edificio que será infinitamente superior a los dos santos Templos que lo precedieron.
Así, este Shabat expresa el mismo tema de descenso con el propósito de ascender que Devarim: es precisamente a través del descenso que causó la destrucción del Templo que lograremos el ascenso mayor de todos: el establecimiento del Tercer Templo Santo por el Mashiaj, ya!
Adaptado de Likutei Sijot, vol. 2